No es necesario ser el gerente de una gran entidad o el ejecutivo de cuentas de una multinacional para rentabilizar la imagen de un negocio. Ya sea propietario de una charcutería o mecánico de un taller de coches, su imagen, el sello que le distingue es único e irrepetible y por ello es su mejor herramienta para proyectar sus cualidades.
Ante todo debemos saber a qué público van destinados nuestros productos o nuestros servicios. Si vendemos zapatos y la mayor parte de nuestra clientela pertenece al barrio donde nos encontramos, ni que decir tiene que lo importante no es «impactar» al observador con grandes frases llamativas o fotos que no son fieles a la realidad, sino alimentar ese halo de familiaridad que crea confianza. En este caso el diseño juega un papel importante porque cobra especial importancia por encima de la «cantidad» y de la frecuencia con la que nos publicitemos.
Si nuestra empresa tiene un ámbito de trabajo un poco más extenso pero nuestro presupuesto no nos permite hacer grandes tiradas de impresos o una campaña en periódicos o medios de comunicación, por ejemplo, una solución podría ser utilizar las herramientas gratuítas que tenemos al alcance de la mano de forma inteligente y con una buena programación. Para ello:
-Podemos crear perfiles coherentes y claros en Redes Sociales donde se potencie de forma cuidada el logotipo de nuestra empresa así como los colores corporativos.
-Podemos programar qué mensajes y con qué frecuencia queremos mostrarlos en estas Redes Sociales. A veces encontramos pequeñas empresas que no paran de inundar sus muros y perfiles con anuncios repetitivos sobre sus productos y esto, siendo sinceros, es bastante contraproducende por que crea un cierto rechazo incluso entre los «muy amigos».
-Podemos hacer pequeñas tiradas impresas bajo demanda, es decir, calcular el público que puede acudir a nuestro mercado local un miércoles por la mañana, por ejemplo, y utilizar un tipo de impreso sencillo, directo y con un diseño cuidado que deje un buen aura en el observador.
Sin ser un experto Comunity Maneger, un gran empresario o una directora creativa de renombre, podemos rentabilizar nuestra imagen utilizando algo que todos tenemos: ¡el sentido común!
Recuerda que también puedes contar con un buen «amigo» o una buena amiga creativa, que por un importe razonable y adaptado a nuestras necesidades pueda ayudarnos a rentabilizar nuestra imagen ahorrándonos mucha energía.